El receptor novato Dallas Wilson (6) corre con la bola durante el partido entre los Gators y los Longhorns de Texas el sábado, 4 de octubre de 2025, en Ben Hill Griffin Stadium in Gainesville, Fla. (Matthew Lewis/WRUF)

Un debut soñado que devuelve la vida a los Gators en contra de Texas

October 5, 2025

Versión en inglés

Ante 90,714 fanáticos en el Ben Hill Griffin Stadium en Gainesville, Florida salió del “bye week” con una ofensiva afinada, una defensa con hambre y un DJ Lagway que jugó como todos han estado esperando. Lagway firmó su mejor tarde como Gator con 21 de 28, 298 yardas y dos touchdowns, y los Gators derrotaron 29 a 21 al No. 9 Texas para darle a Billy Napier un poco de oxígeno. La mesa la pusieron todos, con receptores novatos haciendo daño explosivo, una línea ofensiva que protegió limpio y una secundaria que leyó a Arch Manning cuando las papas quemaban.

Florida marcó el tono desde el primer drive. Fueron 13 jugadas y 84 yardas que dejaron claro el libreto. Jadan Baugh, con 27 acarreos para 107 yardas y una anotación, martilló por dentro mientras Lagway conectaba lo necesario para mantener a la defensa texana en modo persecución. En sus primeras cuatro series, los Gators armaron tres posesiones de diez o más jugadas para construir un 17 a 7 que obligó a Texas a vivir cuesta arriba. El único respiro visitante llegó tras un balón suelto que les regaló campo corto. A partir de ahí, la historia cambió de manos. En la segunda mitad, la combinación de receptores y backs defensivos de Florida puso el candado. El verdadero impacto vino con el debut del novato Dallas Wilson, seis recepciones, 111 yardas y dos touchdowns, incluido un latigazo de 55 yardas en el que giró por la banda, apretó el freno en la línea y se llevó a dos defensivos. Las estadísticas lo respaldan: Florida terminó con 457 yardas totales contra 341 de Texas, 7 de 14 en terceros downs, 37 acarreos para 159 yardas y 34 minutos con siete segundos de posesión. Texas, en cambio, se atascó en la tierra con apenas 26 intentos para 52 yardas, y vivió de chispazos de Arch Manning, que completó 16 de 29 para 263 yardas, dos touchdowns y dos intercepciones, además de liderar a los Longhorns en el juego terrestre con 37 yardas.

El plan fue sencillo. “Nuestra ejecución y la camaradería que construimos en el bye hicieron la diferencia. Empezar rápido era la consigna y lo hicimos”, dijo Lagway, que repartió el balón con paciencia antes de atacar profundo cuando Texas comenzó a adelantar sus safeties. Más tarde, agregó: “Mi línea jugó increíble. Verlos batallar por mí significa el mundo. Con un bolsillo limpio, solo tenía que encontrar mis ventanas”. Napier, que venía navegando semanas ruidosas, encontró por fin la versión que tenía en la cabeza desde agosto. “Ese es el equipo que pensé que teníamos desde el principio. Corrimos para 159 contra 53 de ellos, 7 de 14 en terceros y bloqueamos un despeje. Jugamos complementario en las tres fases”, explicó el entrenador. “Ahora el reto es cómo manejamos el éxito. Mañana hay que lavarse todo esto. Ser consistentes, orientados al proceso y listos cada semana.” 

La defensa se ganó un párrafo propio. El perímetro vivió en los ojos de Manning y lo pagaron con dos robos, uno de Jordan Castell y otro de Devin Moore, para cortar cualquier intento de remontada. En terceros y largos, la presión fue oportuna y la cobertura, disciplinada. El dato que habla solo: Texas se quedó en 3 de 11 en terceras oportunidades, mientras que Florida evitó que el backfield visitante fuera factor. Cuando los Longhorns se acercaron 29 a 21 con pases de 26 y 42 yardas en la recta final, los Gators respondieron moviendo las cadenas para agotar el reloj. Ahí se notó el oficio, ese detalle que no aparecía en septiembre.

Claro, todo esto luce todavía mejor si vemos a los novatos. Vernell Brown III estiró el campo con una recepción de 60 yardas que abrió la puerta para un gol de campo de Trey Smack, perfecto en sus dos intentos además de tres puntos extra. Y Wilson, el de la noche, resumió el espíritu del grupo con la naturalidad de quien se sabe listo: “Tenía a mis hermanos empujándome. Cuando la bola vino, dejé que el talento hiciera lo suyo.” 

Napier coincidió: “Es un competidor con un físico especial. Su energía elevó a todos en la semana.” Florida necesitaba una actuación así, una que cambiara la conversación y haría recordar que el Swamp todavía muerde. Si el bye fue el reseteo, Texas fue la confirmación. Falta camino, pero esta vez hay film para creer. Como dijo Lagway antes de irse al vestidor, con la vista ya en el próximo domingo: “Cuando agarramos ritmo, somos difíciles de parar. Toca trabajar igual o más.”

Category: College Football, Football, Gators Football